La hemorragia pulmonar, como su propio nombre indica, es una patología consistente en un sangrado pulmonar que puede deberse a diferente causas.
Entre los bebés prematuros tiene una incidencia baja, entre el 0,8 y el 1,2%, pero su gravedad es altísima con una tasa de mortalidad del 60% aún con un tratamiento precoz. Cuanto más prematuro sea el bebé más probabilidades hay de que sea mortal y cuanto más se acerque su nacimiento a las 40 semanas menos probabilidades de que se produzca.
La principal causa de esta dolencia en bebés prematuros es que sus pulmones no están completamente formados y, por lo tanto, no tienen toda su capacidad. Por otro lado, existen unos factores que favorecen la aparición de la hemorragia pulmonar, como son:
Entre los bebés prematuros tiene una incidencia baja, entre el 0,8 y el 1,2%, pero su gravedad es altísima con una tasa de mortalidad del 60% aún con un tratamiento precoz. Cuanto más prematuro sea el bebé más probabilidades hay de que sea mortal y cuanto más se acerque su nacimiento a las 40 semanas menos probabilidades de que se produzca.
La principal causa de esta dolencia en bebés prematuros es que sus pulmones no están completamente formados y, por lo tanto, no tienen toda su capacidad. Por otro lado, existen unos factores que favorecen la aparición de la hemorragia pulmonar, como son:
- Una restricción en el crecimiento intrauterino del feto.
- Coagulopatías.
- El uso de aparatos de soporte respiratorio.
- Una rápida bajada de presión dentro de los pulmones.
Este tipo de hemorragias es muy grave por lo que es muy importante que se diagnostique cuanto antes para realizar su tratamiento lo antes posible.
A la hora de tratarlo, lo más común es utilizar la respiración artificial, administrar antibióticos, plasma (por la pérdida de sangre), anticoagulantes y adrenalina endotraqueal.
Fuentes
1. JovenBebé
2. Letsfamily
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