La parálisis cerebral es un trastorno que afecta al control del movimiento, de la postura y al tono muscular de la persona que la padece.
El daño que genera la parálisis cerebral generalmente provoca más problemas, como pueden ser en el aprendizaje, en el habla, en la audición, en la vista o retraso mental.
Este tipo de trastorno en uno de los más frecuentemente aparecen entre la población infantil, apareciendo previo al nacimiento o durante este. Cerca de 500000 estadounidense padecen de este trastorno.
Existen diferentes tipos de parálisis cerebral, estos son:
- Parálisis espástica: es la más común, entre el 70 y el 80% de las parálisis cerebrales son de este tipo. En este tipo de parálisis, el afectado sufre de rigidez muscular y con ello dificultad de movimiento.
- Parálisis cerebral atetoide o discinética: entre el 10 y el 20% de las parálisis cerebrales son de este tipo. En esta forma de parálisis, el afectado sufre de movimiento involuntarios y descontrolados debido a una fluctuación constante del tono muscular (de relajado a contraído aleatoriamente).
- Parálisis atáxica: la menos común, solo entre el 5 y el 10% de las parálisis cerebrales son de este tipo. En esta forma de parálisis, el afectado tiene alteraciones en el sentido del equilibrio y la percepción de la profundidad, tienen dificultades en los movimientos que precisan de coordinación.
Existen diferentes causas que pueden provocar este trastorno, algunas de ellas son:
- Infecciones durante el embarazo: que puede padecer la madre como la rubéola, la toxoplasmosis o la coriaomnionitis.
- Falta de oxígeno en el feto: por mal funcionamiento de la placenta, desgarro del útero...
- Prematuridad: cuanto más prematuro sea un bebé mayor probabilidad hay de que sufra parálisis cerebral, un 30% más de probabilidades en comparación con los bebés a término.
- Asfixia durante el parto: aunque en muy pocos casos la provoca.
- Otros defectos de nacimiento: malformaciones cerebrales, enfermedades genéticas...
A la hora de diagnosticar este trastorno, hay que hacerles un seguimiento del tono muscular al bebé y de la coordinación, otro signo de la parálisis cerebral es que tras el año de edad, el bebé continúe con algunos de los reflejos primitivos que se conservan al nacer y luego desaparecen.
A día de hoy la parálisis cerebral no tiene cura, pero hay tratamientos, como el uso de equipos especiales, la cirugía ortopédica..., que pueden mejorar significativamente las capacidades y, con, ello, la calidad de vida del afectado.
Fuentes
1. KisdHealth2. AmericanPregnancy
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