Este es uno de los mayores problemas que existen en el tercer mundo. En este caso las mujeres, por falta de educación sobre cuidados prenatales y falta de ellos derivan la mayoría en partos prematuros que pueden finalizar con problemas de salud graves tanto para el bebé como para la madre.
Mujeres marginadas socialmente como en el ámbito de la prostitución o inmigrantes suelen estar más predispuestas a padecer este tipo de partos debido al poco alcance que tienen a la sanidad.
Para prevenir un parto prematuro se necesitan conocer una serie de hábitos que favorezcan el correcto desarrollo del feto:
- Una dieta equilibrada
- Ejercicio físico
- Suplementar con ácido fólico o vitamina D para el correcto desarrollo de los huesos del bebé y evitar malformaciones.
- Evitar el tabaquismo
- Descansar suficiente
- Realizar las pruebas diagnósticas y un seguimiento médico adecuado
- Controlar la glucosa para evitar diabetes gestacional
- Realizar ecografías para comprobar la evolución del bebé
- Evitar infecciones con una higiene correcta
Todos estos hábitos no suelen ser conocidos o llevados a cabo por mujeres que no han sido educadas para conocerlos, lo que lleva a problemas durante le embarazo y en el posterior parto. Esta falta de educación en prevención y cuidados prenatales hace que también aumenten los embarazos adolescentes, lo que es un riesgo mayor para la vida de la madre y del bebé. Suele darse también el caso de que estas mujeres con niveles económicos bajos no deseen el embarazo por lo que el rechazo al mismo las haga descuidarlo por completo sin importar las futuras complicaciones de salud.
En este gráfico se confirma que en un estudio hecho en España, las mujeres mejor situadas económicamente reciben una atención especializada muy temprana, casi desde el momento en el que se quedan embarazadas. Por otro lado, mujeres de otras razas más marginales reciben solo atención primaria en algunos casos y muy tardía, simplemente desde el tercer trimestre de embarazo.
REFERENCIAS:
- Médicos Ecuador
- Elsevier
Mujeres marginadas socialmente como en el ámbito de la prostitución o inmigrantes suelen estar más predispuestas a padecer este tipo de partos debido al poco alcance que tienen a la sanidad.
Para prevenir un parto prematuro se necesitan conocer una serie de hábitos que favorezcan el correcto desarrollo del feto:
- Una dieta equilibrada
- Ejercicio físico
- Suplementar con ácido fólico o vitamina D para el correcto desarrollo de los huesos del bebé y evitar malformaciones.
- Evitar el tabaquismo
- Descansar suficiente
- Realizar las pruebas diagnósticas y un seguimiento médico adecuado
- Controlar la glucosa para evitar diabetes gestacional
- Realizar ecografías para comprobar la evolución del bebé
- Evitar infecciones con una higiene correcta
Todos estos hábitos no suelen ser conocidos o llevados a cabo por mujeres que no han sido educadas para conocerlos, lo que lleva a problemas durante le embarazo y en el posterior parto. Esta falta de educación en prevención y cuidados prenatales hace que también aumenten los embarazos adolescentes, lo que es un riesgo mayor para la vida de la madre y del bebé. Suele darse también el caso de que estas mujeres con niveles económicos bajos no deseen el embarazo por lo que el rechazo al mismo las haga descuidarlo por completo sin importar las futuras complicaciones de salud.
En este gráfico se confirma que en un estudio hecho en España, las mujeres mejor situadas económicamente reciben una atención especializada muy temprana, casi desde el momento en el que se quedan embarazadas. Por otro lado, mujeres de otras razas más marginales reciben solo atención primaria en algunos casos y muy tardía, simplemente desde el tercer trimestre de embarazo.
REFERENCIAS:
- Médicos Ecuador
- Elsevier
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